Karim Benzema salvó de la derrota a un Real Madrid inferior al Chelsea, superado en el físico y sin aportación ofensiva en el primer capítulo de las semifinales de la Liga de Campeones, en una eliminatoria que encaró desde el conservadurismo y que se resolverá en Londres.

El duelo se tiñó de azul pese a jugarse en Madrid. Desde una condición física superior, el Chelsea se adueñó del partido. El Real Madrid achicaba agua como podía, en otra noche de diluvio en Valdebebas. El empate al descanso era un milagro. Porque nunca encontraron soluciones los jugadores de Zidane a sus dificultades en la contención, con un centro del campo superado y una defensa que, pese a ser de cinco, gritaba pidiendo ayudas en cada acción del rival. Con Marcelo demostrando que ya no está para grandes batallas.

Si algo ha caracterizado al Madrid de Zidane es que no necesita jugar bonito para mostrar templanza en los momentos más bravos y en especial cuando el torneo es la Champions. Y apelando a esa mística en un juego en el que no la pasaban bien y ni un tiro al marco sumaban, apareció Karim Benzema para inventarse un remate acrobático en el área para el 1-1 al 29′, que fue su gol 71 en Champions para igualar a otro histórico del club capitalino como es Raúl.

Real Madrid se agarró a sus dos pilares de la temporada. Thibaut Courtois, milagroso con una parada a bocajarro a Timo Werner a los nueve minutos; y Karim Benzema, capaz de crear de la nada peligro y el gol. Antes de la genialidad del francés hubo una buena dosis de sufrimiento.

AGENCIAS

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