Cuba endureció los controles fronterizos el miércoles cuando la nación isleña del Caribe tomó medidas para frenar una creciente ola de infecciones por coronavirus mientras mantiene las puertas abiertas para su industria turística económicamente vital.
El país exigirá ahora tanto un PCR negativo en un plazo de 72 horas como una prueba de vacunación a todos los visitantes, aunque las autoridades han dicho que seguirán recibiendo a los turistas y manteniendo a los niños en la escuela.
Cuba sólo exigía la tarjeta de vacunación a la mayoría de los viajeros.
El martes se registraron 967 casos diarios, lo que supone un aumento de más de 10 veces desde las semanas anteriores a la Navidad, cuando los nuevos contagios se situaban en menos de 100 al día, es decir, sólo un 1% de su pico pandémico del 22 de agosto. Sin embargo, las muertes por el virus no han aumentado.
Cuba detectó su primer caso de la variante ómicron, de rápida propagación, a principios de diciembre, y las cifras han aumentado desde entonces.
Agencias