La compañía SpaceX sometió a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, en inglés) de EU un plan para realizar el primer vuelo orbital de prueba no tripulado de su nuevo cohete Starship, diseñado para transportar pasajeros y carga a la Luna, Marte y a sitios más lejanos.
El lanzamiento se haría desde una base de SpaceX en el sur de Texas y tras rodear la Tierra en un vuelo de 90 minutos, el cohete regresaría y caería de manera controlada en el Pacífico, cerca de Hawai, de acuerdo con la notificación a la FCC, organismo con sede en Washington.
La FCC debe dar su autorización para el uso de equipos de comunicaciones durante el vuelo, para el que no se especifica fecha en el plan, pero que, según fuentes especializadas, será antes de que acabe este año. El cohete está hecho en acero inoxidable y tiene la altura de un edificio de 16 pisos.
Cuando está colocado encima del propulsor «Super Heavy», de 70 metros de alto, el Starship, reutilizable como los Falcon 9 de SpaceX que están transportando astronautas y carga a la Estación Espacial Internacional (EEI) por un contrato con la NASA, mide casi 120 metros de alto.
La compañía del empresario Elon Musk ha hecho ya diversas pruebas con prototipos del Starship y la semana pasada logró un exitoso aterrizaje y recuperación de uno de ellos. Según el plan entregado a la FCC, la caída «suave» en el mar del Starship será a unas 100 kilómetros de la costa de Kauai, una de las islas de Hawai.
SpaceX dijo en un comunicado que tiene la intención de «recopilar tantos datos como sea posible durante el vuelo para cuantificar la dinámica de entrada y comprender mejor lo que experimenta el vehículo en un régimen de vuelo que es extremadamente difícil de predecir o replicar en una computadora con precisión».
AGENCIAS