Fabricantes de automóviles en Estados Unidos, cuya producción se ha visto afectada por la escasez de microchips, se han visto en la necesidad de parar varias plantas de montaje debido a las difíciles condiciones meteorológicas en el norte y oeste del país provocadas por una tormenta invernal.
General Motors (GM) se vio forzada a suspender la producción en cuatro plantas, incluida la que tiene en Fort Wayne, Indiana, y que produce las camionetas pickup Chevrolet Silverado y GMC Sierra, dos de los vehículos más rentables de la compañía.
El fabricante ya suspendió el lunes la producción en la planta de Arlington, Texas, donde produce todocaminos SUV de gran tamaño, los más caros de la compañía. Hoy, la planta reanudó parcialmente la producción pero el primer turno de trabajo de Arlington siguió sin operar. Las otras plantas de GM afectadas por las malas condiciones meteorológicas son Spring Hill, Tennessee, y Bowling Green en Kentucky.
Ford también se vio forzado a suspender la producción totalmente en cuatro plantas (Ohio, Avalon Lake y Kansas City en Estados Unidos y Hermosillo en México) a consecuencia de la tormenta invernal, mientras que otras tres estaban funcionando de forma limitada.
La producción en la planta de Kansas City, donde se producen la camioneta pickup F-150, el vehículo más rentable de Ford, y la van Transit, no se reiniciará hasta el 22 de febrero para reducir el consumo de gas natural.
La planta de Toyota en San Antonio, Texas, que produce las camionetas pickup Tundra y Tacoma, redujo su producción a un solo turno de trabajo. La compañía japonesa también redujo la producción en otras plantas de automóviles y motores que tiene en Estados Unidos.
Stellantis, el nombre de la nueva compañía formada por la fusión de PSA con Fiat Chrysler (FCA), también suspendió la producción en la planta que tiene en Toledo, Ohio. Otros fabricantes afectados por las condiciones meteorológicas en Norteamérica son Nisssan y Subaru.
AGENCIAS