Algunos hospitales de los estados de Texas y Florida están a punto de quedarse sin camas para los enfermos de coronavirus, mientras que la Casa Blanca sigue sin proponer una estrategia nacional e insiste en que la «vasta mayoría de la gente» está a salvo.
El lunes, los alcaldes de las ciudades texanas de San Antonio y Austin y el regidor del condado de Miami-Dade (Florida) avisaron de que los hospitales están al límite y se están acabando las camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
«El tiempo se agota ahora en términos de la capacidad de nuestros hospitales en San Antonio, al igual que en muchas de las otras grandes ciudades de Texas», dijo a la cadena CNN el alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg.
El político advirtió de que si los casos continúan creciendo al ritmo actual, a San Antonio «solo le queda una semana para quedarse sin camas de hospital y agotar la capacidad de las unidades de cuidados intensivos».
En Texas, están librando una batalla contra el gobernador del estado, el republicano Greg Abbott, quien se resiste a tomar medidas estrictas contra el virus y tampoco permite que las autoridades locales las adopten.
Al respecto, el alcalde de Austin, el demócrata Steve Adler, pidió el lunes a Abott que devuelva autonomía a las ciudades y les permita dictar sus propias medidas para contener la enfermedad,
Adler está barajando para dictar una «orden de quédate en casa» con el fin de obligar a los vecinos a guardar cuarentena y, de esa forma, disminuir la presión sobre los hospitales de la zona.
En los últimos días, las ciudades de Houston y Fort Worth también han expresado su preocupación por la falta de camas, mientras que en el fronterizo valle del Río Grande 10 de los 12 hospitales ya han alcanzado su límite, puesto que el número de ingresos se ha duplicado en las últimas dos semanas.
En total, de las 69,000 camas disponibles en todo Texas, 55,800 están ocupadas, es decir casi el 81 por ciento, de acuerdo a datos de este lunes del Departamento de Salud estatal.
Mientras tanto, el aumento de casos en Florida ha puesto en jaque a los hospitales de pequeños condados como el de Clay o St. Lucie, donde solo quedan libres un 4 por ciento de las camas de las unidades de cuidados intensivos.
En las últimas 24 horas, Florida ha registrado 6.336 nuevos contagios, una cifra que supone una leve mejora con respecto a los récords diarios de 10,000 casos de los últimos dos días.
A pesar de las cifras, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, aseguró que la «vasta mayoría de la gente» está a salvo del virus y defendió que el presidente estadounidense, Donald Trump, «estaba en lo cierto» cuando hizo unos polémicos comentarios el sábado.
El mandatario sostuvo entonces que «el 99 por ciento» de los casos «son inofensivos», un comentario que contradice la realidad, ya que la tasa de mortalidad en EU es del 4,6 por ciento, según la Universidad Johns Hopkins.
De acuerdo a la misma fuente, Estados Unidos sigue siendo el país del mundo con más casos (2,89 millones), mientras que 130,000 personas han fallecido por el virus.
REDACCIÓN/AGENCIAS/MAI