Médicos franceses enfrentaron el viernes al presidente Emmanuel Macron en un importante hospital de París para exigir una mayor inversión y una reforma del sistema de salud, otrora célebre pero que se vio abrumado rápidamente por decenas de miles de enfermos de COVID-19.
Macron reconoció haber cometido errores en la reforma del sistema hospitalario nacional, donde los años de reducciones de costos en uno de los países más ricos del mundo han provocado escasez de personal, mascarillas y respiradores en las instalaciones médicas.
“Durante meses pedí equipos y sólo tuvimos tres días para combatir el virus”, dijo al presidente el jefe de la red de hospitales de París, Martin Hirsch. Los contagios en Francia se multiplicaron bruscamente durante un breve período en marzo.
A medida que el virus recorría velozmente el país y saturaba los hospitales, Macron tuvo que recurrir a las fuerzas armadas para que instalaran un hospital de campaña por primera vez en tiempos de paz y para transportar a personal médico y enfermos en aviones militares y trenes de alta velocidad equipados especialmente.
Los problemas de los hospitales franceses anteceden largamente a la crisis del virus. Trabajadores de salas de emergencia realizaron huelgas y manifestaciones durante meses el año pasado para reclamar más personal y fondos después de años de recortes.
El gobierno de Macron anunció el año pasado un plan para responder a las inquietudes crecientes e inyectó fondos cuando llegó el virus, pero el viernes reconoció que “indudablemente cometimos un error en la estrategia”.
“Fue una gran estrategia, pero deberíamos haberla aplicado hace 10 años”, dijo al personal del Hospital Pitié-Salpetrière, que lo escuchaba furioso. Macron prometió lanzar un nuevo plan de inversiones mientras continúa la epidemia, aunque no entró en detalles. “Habrá confianza sólo si actuamos rápidamente”, dijo.
La oficina de Macron negó el acceso a fotógrafos, camarógrafos, prensa escrita y de radio durante la visita al hospital. Tampoco pudo asistir la prensa a su reunión con sindicalistas para discutir sus reclamos.
REDACCIÓN/AGENCIAS/MAI