Don Julián y La Isla de las Muñecas
Entre los múltiples canales de Xochimilco, se encuentra en los rincones una chinampa en particular que es conocida por «poner los pelos de punta» por el terror que causa: la Isla de las Muñecas. Lugar que fue habitado por un hombre solitario, don Julián Santana Barrera por más de 20 años.
La leyenda cuenta que en la década de los 50, que mientras don Julián estaba merodeando por la isla se encontró el cadáver de una pequeña que murió ahogada en uno de los canales, la niña se quedó enredada entre los lirios de la orilla. Se dice entonces que al poco tiempo de lo sucedido, el fantasma de la niña se aparecía en los sueños de Santana, al mismo tiempo, que comenzó a escuchar gritos y llantos en los alrededores de la isla, supuestamente producidos por la niña, quien buscaba atormentar al protector de la isla.
Desde este día, don Julián no encontraba serenidad, y vivía asustado, pues todas las noches sentía la presencia del espíritu de aquella chiquilla, ya que sí, aseguran los lugareños, se escuchaban sus lamentos, gritos y quejidos.
Al ser una persona creyente en los seres sobrenaturales, se le ocurrió una forma de protección. Esta era llenar la isla de muñecas con la finalidad de ahuyentar a las almas en pena, especialmente la de la infanta.
Don Julían salía todos los días a su puesto a vender sus cosechas, en el camino se encontraba muñecas arrumbadas entre las hierbas o en los botes de basura, fue así como decoró poco a poco, y de una forma escalofriante, su hogar, llenándolo de cientos y cientos de estos espeluznantes juguetes.
Por otra parte, muchos consideran que esta historia no fue más que un imaginario ideado por él, pero leyenda o no, el hombre acabaría sufriendo el mismo destino que el de la niña. En el año 2001, un envejecido Julián Santana se acercó hasta uno de los canales para pescar acompañado de su sobrino. Allí, le confesó a su familiar que había una sirena en esas aguas que pretendía llevárselo desde hacía mucho tiempo.
En un momento dado, el sobrino fue a ver como se encontraba el ganado que pastaba por la zona, pero cuando regresó con su tío, éste yacía muerto flotando en el río (la Sirena había cumplido). La autopsia reveló que la causa de la muerte había sido un infarto.
Cabe destacar que en la actualidad (como se ha hecho un sitio turístico), la gente continúa llevando muñecas a esta isla, como forma de recordar al siempre amigable don Julián Santana; también se le hacen ofrendas a una muñeca en especial, según la preferida del señor, conocida como Agustinita, pues fue encontrada el 28 de agosto, el día de San Agustín, se cree que es milagrosa y las personas recurren a ella a pedirle deseos.
Así, la chinampa sigue siendo custodiada por incontables muñecas de todos los tamaños, son la guardianas que protegen el lugar de todo ente maligno.
Para hacer el recorrido, no hay nada mejor que «Trajineras Elizú Fernando», mismas que encontrarás al llegar al Embarcadero Caltongo.