Las empresas automotrices como Fiat Chrysler y BMW se integraron el martes al grupo de empresas como Honda, Nissan y Toyota avanzan poco a poco en la reanudación gradual de operaciones en México, bajo duras normas sanitarias por el coronavirus y la necesidad imperiosa y obligatoria de reactivar las cadenas de producción con Estados Unidos.
Este mes el gobierno incluyó al sector automotor, que había parado sus actividades en marzo por la pandemia, en el listado de actividades esenciales que podían empezar a reactivarse desde mayo, previa autorización de sus protocolos de salud, pese a que México se encuentra entre los diez países con más fallecidos en el mundo.
Un portavoz de Fiat Chrysler (FCA México) señaló a la agencia Reuters, que las dos plantas de la firma en la ciudad de Toluca han empezado a retomar de forma progresiva sus operaciones, como hicieran las cinco que tiene en Saltillo en la víspera, añadió.
“Solo estamos abriendo con el 40% de la población de cada una de las instalaciones, es una apertura ordenada y segura y con todos los protocolos que nos han instruido la Secretaria de Salud”, dijo el vocero de la compañía, que el 18 de mayo empezó a reabrir en Estados Unidos.
FCA, que tiene 14,000 empleados en México, reinicia con uno de los tres turnos de sus fábricas en el país y no sabe aún cuando operará al 100%. En Saltillo, se fabrica la Van ProMaster, motores V6 y V8, y sus Pick up, y en Toluca los modelos Jeep Compass y Dodge Journey, además de estampado.
Por su parte, la alemana BMW retomará el miércoles las tareas de su planta en San Luis Potosí, “bajo un enfoque gradual y planeado, acorde a las regulaciones y medidas sanitarias establecidas por las autoridades en México para la mitigación del COVID-19”.
Las japonesas Nissan y Toyota anunciaron el lunes que preparaban su regreso paulatino a la manufactura, y se sumaban así a Honda, que comenzó a calentar motores desde la semana pasada.
Mientras, las alemanas Volkswagen y Audi siguen esperando una autorización adicional del Gobierno del estado de Puebla, donde tienen sus fábricas, y que alberga cerca del 10% de los casi un millón de trabajadores manufactureros automotrices en el país.
Volkswagen dijo el lunes que no hay condiciones para que se pronuncie sobre la reanudación de operaciones hasta que deje de tener efecto un decreto del gobierno poblano que la prohíbe, pese a que varias agrupaciones empresariales habían solicitado el domingo levantar “lo antes posible” la restricción.
La estadounidense Ford también está en la fila, mientras continúa trabajando con las autoridades mexicanas para cumplir con los protocolos de salud que requieren en aras de volver a operar localmente.
Entre las medidas establecidas por las automotrices para la reactivación destacan la colocación de filtros sanitarios de acceso, el uso de material de protección como mascarillas y la reducción del volumen de empleados en los lugares de trabajo y en el transporte que los lleva a las fábricas.
REDACCIÓN/AGENCIAS/MAI